CAUSAS Y EFECTOS
La desertificación constituye un proceso muy complejo, que no presenta una relación unívoca de causa a efecto, sino que es el resultado de múltiples factores, estrechamente relacionados entre sí, que inciden sobre el sistema y desencadenan un conjunto de procesos y acciones por parte de los agentes naturales y antrópicos que devienen en una degradación más o menos progresiva del medio.
Algunas de las condiciones particulares de la región del Mediterráneo norte que determinan el proceso de desertificación son
- condiciones climáticas semiáridas que afectan a grandes zonas, sequías estacionales, extrema variabilidad de las lluvias y lluvias súbitas de gran intensidad;
- suelos pobres con marcada tendencia a la erosión, propensos a la formación de cortezas superficiales;
- un relieve desigual, con laderas escarpadas y paisajes muy diversificados;
- grandes pérdidas de la cubierta forestal a causa de repetidos incendios de bosques;
- condiciones de crisis en la agricultura tradicional, con el consiguiente abandono de tierras y deterioro del suelo y de las estructuras de conservación del agua;
- ocasional explotación insostenible de los recursos hídricos, que es causa de graves daños ambientales, incluidos la contaminacion química, la salinización y el agotamiento de los acuíferos, y
- concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo y la agricultura de regadío.
La combinación de factores y procesos como la aridez, la sequía, la erosión, los incendios forestales, la sobreexplotación de acuíferos, etc., da origen a los distintos paisajes o escenarios en los que se desarrolla la desertificación en España.